No brillarás más por llevar brillantes, son unos dormilones...
Si en enero me obligaran a elegir entre personas o brillantes
no sabría que decir.
La atmósfera del tejido rebajado ha convocado las huchas de aquellos
que le dan paso a la cebra en agobiante estampida.
Las prendas se reducen a un porcentaje más,
una parte de la jungla del asfalto... amontonadas al azar
como si al cambiar de temporada se deshiciera el hechizo.
Sin probar antes de arriesgar, sin elección,
asumiendo que jamás lucirán su encanto
en el fondo amargo de un armario profundo y ordinario...
en el fondo amargo de un armario profundo y ordinario...