Mi
vida está llena de risas y bailes despegados,
de errores que agradezco y respuestas que no tengo,
de errores que agradezco y respuestas que no tengo,
de
debilidad por el brillo plateado de los ancianos,
llena
de días acompañada y sola sin hacerme daño.
Una
vida de caminos que yo misma escribo,
de
etapas metamórficas, calles abiertas y sin salida.
Llena
de otras vidas, compartidas e independientes,
de
besos y mentiras convincentes.
Está
llena de gestos y amor sin interés,
de
te quieros dichos por primera y última vez,
de
intentos por disimular cuando acabo de llorar,
llena
de una curiosidad imposible de agotar.
Una
vida llena de canciones entre humo de lucky strike,
de
situaciones emocionales que no sé dominar,
de
admiración por aquellos que saben más de lo normal,
llena
de esperas para cenar los días de manta y sofá.
Una
vida de atracción hacia lo que no conozco,
llena
del oxígeno que se respira entre nosotros,
de
una infancia que fue juventud sana y libre,
de
palabras que plasman lo que siento cuando sonríes.
Llena
de mudanzas de humor que dependen de la luna,
de
listas de libros, películas y alguna laguna.
Mi
vida, llena de energía y confianza intermitente,
la
que confieso imperfecta, feliz y espero trascendente.
Modelo a seguir: Carlos Tejera
Fotografía y texto: Eugenia Soler