La libertad es el botón de cada época, el broche medalla que premia la evolución.

lunes, 12 de diciembre de 2016

LA CHICA QUE ENAMORA


Rue de la Sincérité, Bruxelles.



Un día que olía a Madrid en marzo, la chica que enamora me dejó sus diarios de tinta negra como herencia eterna. Le prometí que los editaría con precisión para que su historia tuviera mucho más amor del que da la vida por sí misma. Hoy describo su juventud hasta donde la he vivido, porque nosotras somos más de tratados de amistad que de cartas de cumpleaños.


Yo fui testigo de todo, vi como la chica que enamora hablaba de un futuro 
de ideas alcanzables y la miré con confianza, porque sabía 
que de tantos proyectos, al menos uno tenía que triunfar, 
aunque solo fuera por simple probabilidad. 


De mayor quería ser artista y lo cierto es que ya lo era, yo lo sabía pero ella y los mayores todavía no se habían dado cuenta. Compartió conmigo veranos de infancia con y sin deberes, jardín, bicicletas y bailes de playa. Anécdotas de corazón noble y libre, planes a corto y largo plazo.



Un día que olía a Denia en agosto llegó resplandeciente y me habló de inquietudes que aún no conocía. Entonces fue cuando dejamos de cazar cangrejos, sustituimos la niñez por cines descubiertos y se convirtió en la mejor conversadora que he tenido hasta el momento.



La chica que enamora siempre ha sido mi amistad más protectora, 
por sus raíces y las mías, su fantasía posible y su altruismo al querer. 
Por ese motivo dije que sí a otra de sus ideas, las que yo seguía 
y seguiré a ciegas porque sabe hacer las cosas bien. 
Esta vez me propuso una promesa: estar juntas en cualquier ciudad tarde o temprano, yo acepté mientras imaginaba como seríamos de guapas con 25 años.



No seré yo quien te haga ver la parte cruda de la realidad, quien te diga basta a tus sueños, quien te coja de los pies y te baje al suelo. Yo seré quien te fotografíe en tus mejores momentos, quien llore cuando todo el mundo se levante para aplaudirte…


Seré quien publique tus diarios de artista incomparable entre peinetas y escenarios. Me parece que acabo de desvelar el prólogo de algo grande, seguro que estás de acuerdo conmigo en que “la chica que enamora” es un buen título para alguien de vida larga, interesante y conmovedora.


Blusa gris y pantalón negro, Zara. Abrigo negro, Berska. 
Zapatos Coolway. Anillo Pandora.
Camiseta beige, Brandy Melville. Chaleco de pelo, Kiddy's Class. Pantalón Mango. Gafas MELLER.


TEXTO: Eugenia Soler
MODELO PRINCIPAL: Sandra Sanoguera 



lunes, 14 de noviembre de 2016

AVEUGLEMENT


Terrasse improvisée. Ixelles, Bruxelles.


SÉ POCO PERO SÉ QUE...
El saber es el descubrimiento de la ignorancia, que se mide más en libros 
que en edad y que tiene varias caras, pero la mejor se llama bondad. 
Sé que la sensibilidad tiene tanto de virtud como de defecto 
y que nadie posee potestad para establecer las bases de lo correcto. 



Sé que tengo miedo a fallarme a mí misma y a los demás, que la pasión es mi sentimiento preferido y que lucho de vez en cuando contra la inseguridad. 
Sé que adoro la melancolía aunque duela, que estoy llena de contradicciones 
y que sonrío de forma natural a quien me cae bien o mal. 



Sé que tengo un escudo contra la tristeza, un anillo sobre la mesa, un abrazo sin beso y recuerdos de un paseo que duró demasiado. Sé que dentro de mi hay olas, pájaros, luces y un árbol al que siempre me abrazo. 
Sé que soy manada y palmera solitaria, que no todo da su fruto 
y que el ácido de mi paladar siente debilidad por los diamantes en bruto. 


ELLA: Suéter gris, Berska. Pantalón vaquero, Zara. Guantes, Santacana Madrid


Intuyo, pero no sé si consigo transmitirte lo que siento, si te perderás conmigo para después encontrarnos, si viajarás con los ojos y el alma a través de los años. No sé si compartirás la emoción de quien habla de leyendas, se hace preguntas y busca el sentido de las historias pasajeras...


ÉL: Camiseta blanca, Carhartt. Sudadera Vans. 
Abrigo North Face. Zapatillas NIKE



Sé que te quiero desde que nos reímos de situaciones irreales 
e imitamos acentos de otros lugares. 
Sé a qué sabe nuestra playa y tu azotea, 
que la complicidad es intransferible 
y que besarte es como masticar menta chocolate. 
Sé que, aunque acabamos de nacer, 
me mudaría contigo a una estrella si la luna sube el alquiler. 



Sé que no me gustan las despedidas, ni los silencios, ni la fresa artificial. Sé que la inteligencia se identifica a través del humor y que el amor tiene mucho más de profundo que de fugaz. 
Sé que me gustaría ser la chica de una canción tan sincera 
como la que acabas de leer y quiero creer que algún día lo seré...




TEXTO: EUGENIA SOLER
MODELO Y AMIGO: DARÍO GONZÁLEZ
FOTOGRAFÍA: DARÍO GONZÁLEZ Y EUGENIA SOLER



sábado, 8 de octubre de 2016

LUNDI SOIR


Bois de la Cambre, Bruxelles. Belgique 


Él era un niño que secaba sus lágrimas mirando la luna y vivía en un verano eterno, entre playas del norte de África y finas acacias...


Los libros generaban opiniones propias de un caballero y su forma de ver el mundo le ayudó a entender que no solo el observador se ve influenciado por lo que pasa a su alrededor. Empezó a aconsejar teorías prácticas 
y se incorporó en esta sociedad del parecer inevitable.


Chaqueta flecos, Aliexpress. Blusa, Berska. 
Bolso, VÄGG. Anillo, Pandora. Reloj, Pura Alegría


Chaqueta negra, H&M. Pantalón a cuadros y camiseta, Subdued. Aros, Six


Construyó una vida que siempre le ha tratado bien, porque a la gente buena 
le salpica la suerte cuando menos se lo espera...


Seis décadas después del principio, la soledad se cruzó en su camino. 
Todo el que la ha vivido sabe que solo es placentera cuando se puede elegir, 
nunca cuando se impone sin cautela.


Así fue como le dio sentido al verbo renacer y empezó a comunicar para enriquecer a los demás. Alivió sus penas con un simple empujón 
que le dio una mujer, con mucho placer...


A partir de entonces le vuelve a interesar absolutamente todo, pero no quiere cumplir años por no renunciar a aprender más. Por seguir fiel a sus discursos, a sus bromas inteligentes y a su vida, que es uno de esos soles renacientes que nunca se convierten en ceniza. 


Una vida como la suya es necesario contarla, aunque sea por encima 
y evitando las partes que no riman...



MODELOS: SANDRA SANOGUERA Y MARCOS DEL MOLINO
FOTOGRAFÍA Y TEXTO: EUGENIA SOLER





viernes, 9 de septiembre de 2016

YOUR FLASH


Campo de tiro, Xàbia


Revivo el momento en el que te enciendes un cigarro y yo no puedo evitarlo.
 A partir de medio día respiras humo de camel light 
y hueles a vainilla si te quitas la sal…
Llegaste en verano, como la fruta que más me gusta, 
con el aire bohemio y roquero de un Ámsterdam sin mar.
Los ojos de quien ha vivido la tristeza a la fuerza y la conversación de alguien que sabe más de lo normal.


Tan grande en misterios, tan sobria y coloreada cuanto estás ilusionada…
Igual de preocupada por el reflejo de la luna en el mediterráneo
que por la vida sentimental de los demás.
Un conjunto que te hace invencible como persona y todavía mejor como amistad.


Te veo maquillándote en el espejo de mi coche sin parecer ordinaria,
ideando bromas inteligentes y analizando la personalidad
de quien te cae bien y mal.
Escribiendo en las notas del teléfono lo más emocionante del día,
recordando lo parecidas que son tu vida y la mía…


Oigo la risa entrecortada de cuando nos volvemos locas a propósito.
Si nos buscan, nos encontrarán a la misma distancia mental
de las rocas que de la ciudad.
Intercambiando oxígeno y dióxido de carbono con quien nos entienda,
o quien actúe como si lo hiciera…
Con quien nos pregunte a qué huele lo imposible
y le podamos contestar que la simetría imperfecta es mejor que la soledad.


Vivo a un tren de volver a verte,
de decirte otra vez que adoro tus frases aunque no las entienda,
de apoyarte si lloras porque no te gustan las peleas.
A pocas paradas de hacer que te sientas fuerte, aunque creas que no lo eres.


Que no se nuble tu color, más morado este verano que el anterior…
que no te hablen de realidad cuando cierras los ojos para tararear,
que llenes tu expresión de encanto,
de palabras con sentido y tintos de verano.
De coincidencias como la nuestra, que se transforman en historias unidas
por alguna razón. No sé explicarlo mejor, pero solo tu presencia
me hace ser más feliz de lo que soy.


MODELO: Laura Boog Posada
FOTOGRAFÍA Y TEXTO: Eugenia Soler


-Vaqueros: Zara men. Top y pantalones estampados: H&M-