A caballo entre Cubismo y Minimalismo, Alejandro.
Esta colección demostró que convertir la tradición es un proceso arduo pero no imposible.
Su explosión de contrastes formó un discurso totalmente equilibrado: la fuerza del cuero negro y la rigidez de la forma complementaban el movimiento grácil y delicado de los tejidos sedosos.
Antítesis las gafas, el recogido y los demás complementos, pensados para otorgar un dinamismo prácticamente futurista.
Naranja, Rosa y Azul, esta alta concentración de color en su más viva tonalidad llenó de energía una pasarela calmada por la frialdad del blanco, la libertad del escote y la inmortalidad del negro, mi preferido.
Fue una acertada evocación al Pop-Rock no reemplazable por la música electrónica.
Mi único reproche está hecho de cremalleras y tacones.
Para apuntar el mayor acierto: Falda voluminosa, cuerpo ceñido y espalda descubierta.
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